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Conversaciones Difíciles

Son diálogos difíciles pero necesarios que debemos sostener con otras personas sobre tópicos incómodos.

Un ejemplo de conversaciones difíciles podría ser:

• Temas relacionales

• Temas testamentarios

• Temas laborales

• Temas societarios


En mi experiencia como mediadora y negociadora a menudo mis clientes me consultan sobre temas que se han convertido en conflictos por no haber sostenido a tiempo estas conversaciones incómodas pero imprescindibles. Los seres humanos tenemos la tendencia a evadir todo aquello que nos genere incomodidad. Pensamos y posponemos demasiado, antes de abordarlas mientras la tensión se acumula y el descontento crece.


La comunicación asertiva permite que una vez que reconocemos nuestras emociones y las validamos podemos entonces comunicar nuestra inconformidad a los demás de manera constructiva con el animo de prevenir un potencial conflicto o transformarlo. Con demasiada frecuencia relaciones de tipo profesional y personal sufren daños irreparables por la falta de sinceridad compasiva, lo cual genera resentimientos en los demás e interrogantes y declaraciones como: “porque no me dijiste antes como te sentías? o “No se me brindó la oportunidad de rectificar mi conducta a tiempo lo cual es muy injusto” o “Todos lo sabían menos yo”.


Para prevenir esto, a continuación, planteo unos sencillos pasos que espero te sean de utilidad en tu siguiente conversación difícil:


1. Identificar de manera exacta la situación que te afecta.

2. Identificar a todos los involucrados en la situación.


3. Preparar un planteamiento concreto separando a las personas del problema, es decir referirnos a la situación como algo que nos afecta y no como alguien que nos afecta, aunque la situación sea provocada por otras personas.


4. Tener muy claro cuales son las afectaciones que la situación nos causa, por ejemplo: a) retrasos b) pérdidas económicas c) ansiedad, c) desconfianza, d) temor, e) afectación a la reputación, f) ineficiencia, etc.


5. Hablar esta situación únicamente con los involucrados y no “contaminar” a terceros; Y si es posible, con la ayuda de un tercero neutral o mediador que es un facilitador de la comunicación, quien de manera confidencial puede generar las condiciones de dialogo respetuoso y asertivo entre las partes para trabajar con los involucrados en la gestión creativa del conflicto buscando alternativas de solución.

Espero que estas sugerencias puedan servirte para saber decir a tiempo: “Tenemos que hablar…”


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